Perdido en el espectacular Parque Natural del Alto Tajo, Zaorejas, un pintoresco pueblecito de Guadalajara, fue el lugar elegido por César y Raquel para celebrar su boda en el campo.

El novio nos abrió las puertas de su casa familar. Junto a su madre, fue vistiéndose tranquilo en la habitación donde cuelga sus trofeos de caza.

Cada vez estaba más cerca el momento en que vería de nuevo a Raquel, ya vestida de novia. Antes de prepararse leyó emocionado la nota que ella le habia escrito. Fue un momento íntimo. Con gestos como este ya sabíamos que la ceremonia de su boda en el campo y el encuentro de los novios sería muy emocionante.

 

Vestidos de novia para boda campestre

Muy cerquita, en las inmediaciones de la villa, los familiares y amigas de Raquel le ayudaban a ponerse un espectacular vestido. Dejaba al descubierto la espalda y la adornaba con la pedreria en forma de mariposa de la firma Rosa Clará. La novia además eligió una corona de flores elaborada por Ginkgo Biloba y un ramo de Verdenace Floritería. Todo esto le dió un aire romántico ideal para la boda rústica al aire libre que con tanto cariño había preparado, detalle a detalle, con César.

Boda en el campo

El novio fue andando desde su casa al espacio en pleno campo donde se celebró la ceremonia civil. Allí, los elementos y detalles rurales combinaban a la perfección con la elegancia de los invitados. Además, su perrita Lola ya estaba preparada con el cartel que anunciaba la llegada de «su chica».

Ceremonia civil en el campo

La ceremonia civil fue muy emotiva y romántica. Raquel leyó un texto para su novio y durante casi toda la boda en el campo permanecieron con las manos unidas.

Se fueron sucediendo las lecturas de familiares y amigos, hasta el momento del sí quiero.

Tras aprovechar el magnífico fondo que teníamos para hacer las fotos de familia marchamos al río. Allí fue donde hicimos las fosfos de la sesión de pareja.

Los alrededores del pueblo, en plena montaña y el sonido de la Naturaleza de fondo fue perfecto para captar la complicidad de la pareja en su paseo a solas por el campo.

Como fotógrafos de boda siempre disfrutamos cuando se nos plantean bodas distintas, con el escenario de la Naturaleza como punto principal de la boda.

Boda rústica al aire libre

La plaza del pueblo fue perfectamente engalonada para celebrar la cena. Una enorme carpa beduina de Star-Carpas reunió a todos los invitados para disfrutar de la cuidada gastronomía que elabora el Catering Casa Andrés. Los invitados prepararon muchas sorpresas para los novios y la música, de la mano de Amanece Events, sonó en todo el pueblo cuando César y Raquel bailaron su canción.

La fiesta no habia hecho nada más que comenzar…

 

 

 

 

 

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