Conexión, feeling, chispas… Amor! En la boda en la Fresneda de Tenzuela de mi amiga y gran fotógrafa Mónica del Agua y su chico Adrián se creó un aura especial dificil de describir con palabras…

Una mezcla de emociones como antes no habíamos vivido como fotógrafos. Hemos estado en bodas increibles, con momentos únicos, pero esto fue totalmente distinto… Confiamos, a través de nuestra fotografía, reflejar lo realmente especial que fue aquel día.

Boda en la Fresneda de Tenzuela

Todavía me acuerdo cuando conocí a Mónica hace años, quién nos diría que acabaría siendo el fotógrafo de su boda. Que ilusión cuando me dieron la noticia…

La boda se celebró en la casa rural la Fresneda de Tenzuela. Un espacio íntimo, natural y lleno de encanto en plena sierra segoviana.

El día empezó para los novios con un baño relajante en la piscina. La noche anterior la fiesta se alargó y estuvo genial recuperar la energía de esa manera. Poco a poco, algunos de sus amigos más íntimos empezaban a llegar. Todo iba tomando forma, la zona de la ceremonia empezaba a decorarse y todos los rincones de la finca se adornaban con flores de la mano de  Loving Lavanda.

En el piso de arriba, Adrián se daba una ducha para después empezar a vestirse junto a su familia y amigos. Mónica eligío un vestido de estilo boho de la firma Free People.

Ambos fueron momentos muy intensos, recuerdo como Mónica respiraba profundamente, una y otra vez, para mantener la calma ya perdida, mientras su madre y la de Adrián le ayudaban a ponerse  los pendientes. La hora se acercaba y, a través de la ventana, acompañada de su hermano, vió como su chico ya estaba preparado esperándola en el jardín.

Ceremonia tántrica en boda

Debajo de unos preciosos fresnos, que dan el nombre a «La Fresneda de Tenzuela» sus amigos y familares habían dibujado con pétalos de flores de colores un círculo donde se situó el altar.  Presidido entre inciensos por una estatua que simbolizaba la madre tierra los novios estuvieron acompañados durante toda la ceremonia de los 4 elementos. Nunca habíamos asistido a una celebración así, y la experiencia fue totalmente distinta a cualquier otra vivida en bodas.

Fue una ceremonia donde todos y cada uno de los invitados conectaron con los novios a través de los cinco sentidos. Se escucharon palabras sinceras y cargadas de emoción, hubo mensajes a través de las manos, se derramaron lágrimas de felicidad y se vivieron instantes cargados de simbolismo…

Uno de los momentos mas bonitos fue cuando hombres y mujeres se separaron e hicieron un pasillo a los novios, donde les susurraron sus emociones mientras ellos atravesaban el pasillo de invitados.

Despues se juntaron bajo el olivo para desvendar sus ojos y expresarse lo sentido en ese momento. Se lavaron los pies el uno al otro en un acto de entrega y respeto y tuvieron un momento para dar las gracias el uno al otro.

Ideas de boda en el campo

Nunca había oido un discurso como el que dió Adri. Daba las gracias a todos y se comprometía a quererse y cuidarse para que su cuerpo físico estuviera todo el tiempo posible con Mónica.

«Me comprometo a cuidarme para poder disfrutar más tiempo juntos». Me pareció una muestra de amor impresionante…

Creo que fueron más de dos horas de ceremonia, pero parece que tan solo pasaron 20 minutos. Entre abrazos acabó la celebración y empezó el cocktail-comida. Todos pudieron disfrutar de la excelente comida que preparó el Catering Casares.

Fotógrafos de boda en Segovia

Si ya la boda en la Fresneda de Tenzuela no fue típica en ningún tipo de protocolo, a partir de aquí las sorpresas se fueron sucediendo espontáneamente durante el resto del día. Como fotógrafos de boda esto nos pareció muy buena idea, ya que nos encantan las bodas en las que constantemente están sucediendo cosas…

La tarde les regaló un cielo de color dorado, que aprovechamos para la sesión de pareja. Monica y Adrián estaban relajados, con ganas de abrazarse y reir después de la intensa ceremonia que habíamos vivido. No pararon de gastarse bromas, darse besos y caricias. Mientras, los invitados les esperaban en la piscina. Al llegar, los novios (y los fotógrafos) también se dieron un baño. Hacía mucho calor, así que para nosotros fue la excusa perfecta para fotografiarles debajo del agua.

Mientras unos bailaban y otros se bañaban en la boda en la Fresneda de Tenzuela, los novios hicieron regalos especiales a sus padres, amigos y hermanos. Se acercaba la noche y la fiesta seguía. Sabíamos que todavía quedaban muchas horas por delante. Cuando nosotros nos fuimos ya se estaban sacando las guitarras al jardín. Incluso Rosa, mi compañera en ésta boda tuvo tiempo de tocar el piano. Fue una sorpresa para los que la escuchabamos por primera vez. Toda una artista!

Sin duda alguna llevaremos ésta boda muy dentro de nosotros. Os dejamos un pequeño resumen que esperamos refleje todo lo vivido ese día…